La respuesta es: sí, mucho. Ambas son mujeres francesas que han vivido en el s. XIX. Louise nace en 1804 y Berthe en 1841. Sus trayectorias vitales tienen en el arte una arteria común. Fueron muy brillantes cada una en un área, mientras que Louise era pianista virtuosa, profesora del Conservatorio de París, editora y compositora, Berthe se inclinará por la pintura como forma de expresión de sus sensaciones y su entorno vital.
Sus trabajos las distinguen como muy buenas profesionales cada una en su medio pero el olvido se ha cebado con ambas.
Berthe nace en el seno de una familia burguesa y culta que educa en la sensibilidad y puede ejercitar su temprana vocación. A los 20 años conoce al pintor Corot y se hará su discípula. Le interesa la pintura al aire libre y se integra dentro de la corriente impresionista desde 1864. Morisot junto con otras pintoras como Mary Cassatt, Eva Gonzalez y Marie Braquemond fue relegada a la categoría de “artista femenina”, por pintar escenas cotidianas de mujeres, niños, interiores domésticos, es decir: su mundo, lo inmediato, siguiendo la doctrina impresionista. Tratando los mismos temas que sus colegas masculinos en ellos estos asuntos eran valorados de forma distinta lo que aleja a estas pintoras de la notoriedad que disfrutaron sus compañeros. La vitalidad de las obras de Morisot, su frescura y ese toque de intimo recogimiento es lo que nos ha impulsado a relacionarlas con el trío de Louise Farrenc.
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