GERMAINE TAILLEFERRE (1892-1983): La única
mujer del Groupe des Six, fundado y formado por Erik Satie, que la
calificó como “su hija musical” , se formó en el Conservatorio de París, en
donde se mostró como excelente pianista y ganó sucesivamente el primer premio
en Contrapunto y Armonía (1913) y posteriormente en Fuga (1915). Es en esta
época cuando conoció y se vinculó entre otros con los compositores Auric,
Milhaud y Honegger, pero también con otros artistas como Apollinaire, Laurencin, Fort, Léger y al escultor Centore y más adelante con
Picasso, Modigliani y Diaghliev. Merece también especial mención la influencia
de Maurice Ravel (de quien recibió consejos sobre Orquestación) y Sonia Delaunay. Su variada producción, que abarca desde
óperas, ballets, música de cámara, canciones, conciertos para solistas y obras
para piano hasta combinaciones poco comunes de voces e instrumentos (Concierto
para dos pianos, coros mudos, saxofones y orquesta, 1934), se ha caracterizado
por una continua evolución llegando a experimentar con la politonalidad, el
sistema dodecafónico y el serialismo.
JEANINE RUEFF (1922-1999): Compositora francesa de gran proyección y reconocido prestigio que además siempre estuvo vinculada a la educación musical, en especial al Conservatorio de París en el que se formó y en el que desarrolló una intensa actividad profesional, donde además de asistente de las clases de Marcel Mule (saxofon) y Ulysse Delecluse (clarinete) también impartió clases de Solfeo y Armonía. Uno de sus alumnos más célebres es el músico Jean-Michel Jarre. Ganadora del Premio Favareille-Chailley-Richez (1945) y el segundo Premio de Roma (1948) en su catálogo de obras destaca la música de cámara con piezas como el Andante y finale para cuarteto de cuerda, dos piezas breves para cuarteto de trombones, quinteto con piano, Divertissement para septeto, sonata de cámara para ensemble instrumental, Chanson et Passepied, 3 pour 2 para saxofón barítono y piano o la ópera de cámara La femme dÈnée. Autora también de piezas con formaciones curiosas como el piano con ondas Martenot Threène et Dance. Otras obras a destacar son la sonata para saxofón solo, el Concertino para saxofón y orquesta, el Concertino para clarinete y orquesta, concierto para violoncello, las Variazoni para clarinete y piano.
CÉCILE CHAMINADE (1857-1944): “Mi pequeño Mozart” ni más ni menos.
Esta es una de las aseveraciones, que desde más de una fuente se asegura que
hizo el compositor Georges Bizet sobre el incuestionable talento de la pequeña
Cécile. A pesar de la oposición de su padre y gracias al apoyo del compositor,
esta compositora, intérprete y directora de orquesta francesa pudo formarse con
personalidades como Le Couppey, Marsick y Godard. A lo largo de su vida,
desarrolló una sólida carrera como intérprete, ejecutando sus propias obras,
que la llevó por las salas más importantes tanto de Europa como de Estados
Unidos. A través de sus conciertos pudo financiar algunos de sus proyectos más
ambiciosos, aunque siempre se quejó de las dificultades que conllevaban ese
estilo de vida, en tanto en cuanto le impedía dedicarse de pleno a la
composición. Aún así, compuso más de 350 obras para una gran variedad de
formaciones que en buena parte alcanzaron su justo prestigio. La Suite for Orchesta, el Concertstück, op. 40 y el ballet Callirhoe, son algunas de sus piezas más
célebres. Entre otros, recibió el reconocimiento como Caballero de la Legión de
honor, una de las más conocidas y afamadas condecoraciones francesas.
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