"No me pareció la melodía más brillante ni la más interesante, acostumbrada a las extraordinarias progresiones de Brahms, a las que tanto se parece sin ser una de ellas, pero en una lectura más profunda me impresionó su evolución, conmovedora y apasionada; el camino que recorría, poblado de paisajes tan especiales: un esperado contratema en si bemol mayor (tan delicioso como intensamente lírico), una isleta en re mayor, sorprendente y schubertiana, aquel fornido desarrollo en el que la lucha por el dominio de timbres se hace difícil por haber sido escrita para un piano más delgado y débil.. culmina el desarrollo con un cálido dúo de amor; tan deudor de la escritura schumanianna (¿por qué habríamos de negarlo?) como precursor de un tal Rachmaninov. También la textura densa y cargada de riqueza polifónica nos ambientan en un momento concreto, en un siglo poblado de contrastes emocionales, de nostalgias infinitas, imposibles".
© Elisa Rapado
No hay comentarios:
Publicar un comentario